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Echa las redes

El que a vosotros oye, a mí me oye; y el que a vosotros desecha, a mí me desecha; y el que me desecha a mí, desecha al que me envió.

Lucas 10:16

Tal vez te frustre saber que hay muchas personas que no quieren oír el mensaje de Jesús, pero ¿cómo te sentirías si supieras que Dios te llama y tu no lo has querido escuchar?

Que Él te pide que hagas algo y que tú no has querido hacerlo.

A veces es más fácil ver los obstáculos de los demás, pero nos hemos vuelto ciegos a los nuestros, y nos excusamos en que no es mi tiempo, o no es mi talento, o no tengo el don, pero olvidamos que Dios no escoge a los capacitados: ¡Él capacita a los escogidos!

Seamos cuidadosos de no ser nosotros los que estamos desechando al Señor al desechar un llamado o un ministerio.

No permitamos que las inseguridades nos impidan hacer la voluntad de Dios.

Aunque es duro de escuchar que la viga está en nuestro ojo, no es para condenación. ¿recuerdas que Dios no quiere que nadie perezca?

Todas sus advertencias no son acusaciones, son oportunidades para volver al Camino.

¿No te gustaría que alguien te advirtiera que esa carretera por la que vas transitando no tiene salida?

Pues eso mismo son las advertencias que Dios nos hace a través de Su palabra y sus siervos ¡alerta! ¡da la vuelta! ¡regresa!

Cuando nos obstinamos en hacer nuestra voluntad, y no lo que Dios nos pide una y otra vez, estamos desechando a Jesús, y con él, al Padre que le envió a salvarnos.

Busca un momento de privacidad para hablar con Jesús y platicar con él sobre aquellas cosas que él te ha pedido hacer y no has hecho. Si hubiera algo que tal vez tú no hayas escuchando o entendido, o si realmente lo has evadido o desechado. Sé honesto y quédate tranquilo, ¿recuerdas que Dios te ama y todo este tiempo ha estado buscando advertírtelo para que puedas hacer las cosas bien? Él no va a regañarte ni avergonzarte ni condenarte, estamos seguros que se alegrará tanto de saber que por fin lo escuchaste y creíste en él y en Su palabra. Las pruebas de fe son victoriosas cuando avanzas hacia la voluntad de Dios a pesar de que todo alrededor intenta alejarte, intimidarte o desanimarte.

Jesús no dijo que el que a Él lo ve, sino al que a Él lo oye, porque no es por vista, es por fe. Sigue su voz, aunque no veas claro, aunque lo que veas te atemorice o te avergüence, concéntrate en Su voz y si vas a desechar algo, que sea todo aquello que te impide escucharlo a Él claramente y seguirlo.

Serie: Ovejas sin pastor


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