El corazón de Jesús, ahí en la cruz, explotó de amor por ti.

¿Cómo te sentirías si supieras que el corazón de alguien explota de amor?

Pues el corazón de Jesús, ahí en la cruz, explotó de amor por ti.

Y mientras sentía cómo se derretía y se desgarraba también el corazón del Padre, Él clamó: ¡perdónalos porque no saben lo que hacen!

¡Sí hay quien te ayude!

Sí hay quien siente un dolor indescriptible viéndote sufrir, pero también un amor inimaginable, que traspasó el infierno y al muerte, para salvarte y rescatarte de este sufrimiento.

Si tú necesitas ayuda, si quieres ser salvado y te arrepientes de tu condición y tus pecados dile con todos tus fuerzas: Jesús ¡te necesito! Ya no quiero sentirme solo! Ayúdame, rescátame, perdóname, sálvame!

Y ten confianza porque él no te avergonzará, sino que serás consolado en lo profundo de Su corazón y serás transformado en una nueva criatura.

Dios te ama tanto que está junto a ti esperando la oportunidad para demostrártelo.