La Biblia dice que:

  • Abraham y Sara se rieron de la promesa,
  • Cain y Abel entregaron su ofrenda.
  • Zacarías y María preguntaron cómo sería lo que el ángel les dijo.
  • Los fariseos y la viuda dieron monedas.

…Pero sólo Dios sabía lo que había en sus corazones.

Más que el qué, Dios sigue evaluando el cómo.

No es qué le damos, sino cómo lo damos.
No es qué hacemos, sino cómo lo hacemos.
No es qué decimos, sino cómo lo decimos.

El corazón es engañoso y perverso, más que todas las cosas. ¿Quién puede decir que lo conoce? «Lo conozco yo, el Señor, que escudriño la mente y pongo a prueba el corazón; que pago a cada uno según su conducta y según el resultado de sus obras.»

Jeremías 17:9-10 RVC

Señor: examina mi corazón y hazlo conforme al tuyo. Amén.