El hombre perverso levanta contienda, y el chismoso aparta a los mejores amigos.

Proverbios 16:28

De madrugada, leía un poco de la Palabra y me encontré en el pasaje de números donde Aarón y María murmuran contra su cuñada y contra Moisés.

Y es un pasaje muy tremendo, porque Dios oye todo lo que se dice aún por lo bajo, o en lo escondido de nuestras corazones, y le desagrada que murmuremos contra otros.

María sufrió consecuencias terribles y vergonzosas, de donde sólo la pudo librar la oración de aquel a quien había injuriado. De tal forma que el chisme y la murmuración dejan marcas visibles, y no sólo nos apartan de la gente, sino que también nos evidencían y nos avergüenzan, y Dios hará misericordia si la persona de la cual hablamos indebidamente, ora por nosotros.

Recordemos que cuando injuriamos a alguien, también a Dios injuriamos, y eso es todavía peor.

Que este tiempo de amor y amistad nos recuerde lo que es ser un buen amigo, y nuestra conducta lo refleje, para la gloria de Dios.

Si hemos pecado, acerquémonos a Dios con humildad, reconociendo nuestro error y de ser posible, acerquémonos también a aquellos a quienes hemos dañado con nuestras palabras a restaurar nuestra relación con amor y perdón. Evitemos en el futuro participar, diciendo o escuchando cualquier tipo de chisme o murmuración, y seremos libres de muchas cargas innecesarias.

¿Qué puedo hacer? Apartarme de promover chismes o divisiones.

Encuentra la revelación en la Escritura de Números 12.

Oremos por todas las personas que fácilmente caemos, o hemos caído en la tentación de hablar de otros a sus espaldas, para que Dios nos dé el dominio propio para refrenar la lengua, y también que podamos para poner un alto a cualquier tipo de comentario incendiario, porque nos puede quemar.

También que podamos reconocer cuando lo hayamos hecho y vayamos a restaurar la relación con nuestros amigos. Extendamos la mano y pidámosle a Dios que nos permita ser y hacer como Jesús.

Veamos que el pueblo no se movió hasta que superaron el asunto, y lo mismo nos sucederá a nosotros.

El chisme, la murmuración y sus consecuencias nos detienen. Es tiempo de superarlos, perdonarlos y seguir adelante, juntos.