Desde luego que ningún castigo nos gusta en el momento de recibirlo, pues nos duele. Pero si aprendemos la lección que Dios nos quiere dar, viviremos en paz y haremos el bien.
(Hebreos 12:11 TLA)
¿Acaso la rehabilitación física producto de un accidente o lesión, no resulta dolorosa al principio y después viene a ser una maravilla?
Lo mismo sucede en lo espiritual.
Eso que creció mal debe ser revisado, sometido a cirugía para romperlo y enderezarlo correctamente, y después requerirá de rehabilitación y una serie de hábitos saludables.
La disciplina tiene como propósito transformarte y fortalecerte de una manera que no conoces, y eso sólo te lo va a decir alguien que verdaderamente te ama y que quiere lo mejor para ti.
No menosprecies la corrección del Padre, siéntete bendecido, porque te está tratando como a un hijo.
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