Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.

Salmos 46:1

Hoy te contamos otro poco sobre Jeremías, otro gran hombre de fe, pero que experimentó la aflicción en la prueba, que aún pronunció palabras de duda con su boca y que también experimentó el gozo de Dios.

Me sedujiste, oh Jehová, y fui seducido; más fuerte fuiste que yo, y me venciste; cada día he sido escarnecido, cada cual se burla de mí.  Porque cuantas veces hablo, doy voces, grito: Violencia y destrucción; porque la palabra de Jehová me ha sido para afrenta y escarnio cada día. Y dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre; no obstante, había en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos; traté de sufrirlo, y no pude. Porque oí la murmuración de muchos, temor de todas partes: Denunciad, denunciémosle. Todos mis amigos miraban si claudicaría. Quizá se engañará, decían, y prevaleceremos contra él, y tomaremos de él nuestra venganza.  Mas Jehová está conmigo como poderoso gigante; por tanto, los que me persiguen tropezarán, y no prevalecerán; serán avergonzados en gran manera, porque no prosperarán; tendrán perpetua confusión que jamás será olvidada.

Jeremías 20:7-11

Jeremías se queja, fue seducido, vencido por Dios y al predicar su palabra, todos se han vuelto contra él. Cada vez que habla de Dios, alguien lo acusa y lo condena, incluso, ha sido puesto en la cárcel y metido en una cisterna. Para sus amigos y conocidos es motivo de afrenta, y Jeremías se cansa y aunque ya no quiere seguir esa vía dolorosa, siente un fuego dentro de él mismo mezclado con todo lo que está pasando y recuerda: ¡Jehová está con él!

¡Y también está contigo!

Tal vez esta cisterna que actúa como prisión te esté enfriando y secando los huesos, pero hay un fuego de Dios en ti, Él ha prometido que no apagará el pábilo que humea, él va a soplar y va a encenderte de nuevo como se enciende una brasa y hace brotar la llama de nuevo.

¡Jehová es tu amparo, es tu fortaleza, es el que te auxilia rápidamente en tus problemas!

Son los que te persiguen, y no tú, los que tropezarán; son ellos los que serán avergonzados porque sus planes no serán concretados, tú seguirás compartiendo la Palabra de Dios, y actuando conforme a Su voluntad y saldrás victorioso.

Jeremías salió de la cisterna, volvió a escribir el rollo, siguió advirtiendo el juicio de Dios para arrepentimiento y así como Job, terminó sus días libre de angustias y en paz.

Si estás atribulado hoy, recuerda el fuego de Dios que hay en ti por el poder del Espíritu Santo, recuerda cómo Dios te sedujo y te atrajo con cuerdas de amor, cómo te habló en el desierto y cantó sobre ti y te rodeó con canciones de libertad.

Él es tu fortaleza, Él es tu amparo, Él es tu auxilio, clama a Él y Él te responderá!

Serie: ¡No te rindas!
Revisa otros planes en: https://instruccionespersonales.com/portafolios

¡Dios te bendiga!