Y cuando los hijos de Israel clamaron a Jehová, a causa de los madianitas, Jehová envió a los hijos de Israel un varón profeta, el cual les dijo: Así ha dicho Jehová Dios de Israel: Yo os hice salir de Egipto, y os saqué de la casa de servidumbre.
Jueces 6:7-8
El pueblo desobedeció a Dios, y no destruyó por completo a los madianitas, y con el tiempo y las generaciones, estos se multiplicaron y fortalecieron, para destruirlos.
Tal vez tú el día de hoy estés sufriendo las consecuencias no solo de tus malas decisiones del pasado, sino también de la falta de obediencia de tus padres, abuelos y ancestros.
Y os dije: Yo soy Jehová vuestro Dios; no temáis … pero no habéis obedecido a mi voz. Jueces 6:10
En el capítulo que leemos hoy, el pueblo está escondido, atemorizado, esclavizado y muriéndose de hambre, porque aquellos a quienes debió destruir por completo, ahora están oprimiéndolo en gran manera, porque no obedecieron a Dios.
¿Te sientes hoy hambriento, oprimido, desmoralizado, esclavizado, herido?
Siempre tienes una oportunidad frente a esta situación, que nadie te engañe haciéndote pensar que no hay futuro ni esperanza, siempre tendrás a Dios esperando la oportunidad de que Tú te acerques a Él de nuevo: ¡Clama!
Cuando tú clamas, Dios responde y te dice: Yo te saqué de Egipto, aunque a veces tú no has sacado a Egipto desde dentro de ti. Tú me desobedeciste, peor yo estoy aquí para ayudarte.
Dios te recuerda que una vez lo hizo, y lo hará otra vez, pero es Él y no tú, el que va a lograrlo completamente.
¿Recuerdas la necesidad de estar bien armado y ejercer no solo como rey sino también como sacerdote? Este es el momento en el que reconocemos no sólo nuestra desobediencia sino que traemos delante de Dios la de todos nuestros antecesores y reconocemos que le fallamos, le pedimos perdón y también una oportunidad de hacerlo de nuevo, y esta vez, hacerlo bien.
Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado y valiente. Jueces 6:12
Familia en Cristo, cuando nosotros exponemos nuestra vulnerabilidad ante Dios, éste no viene con palabras de condenación ni reproche, sino con palabras de amor, fuerza y valor.
Él envía su ángel a decirte: yo te saqué de la esclavitud porque yo ví lo que puse en ti, tú eres fuerte y valiente, tú eres mío y vas a hacer grandes cosas en mi Nombre.
Oración: Señor, reconozco que tú fuiste el único que pudo sacarme de las cadenas que me aprisionaban y salvarme de la muerte, hoy clamo a ti otra vez porque estas cadenas en las que caí de nuevo hoy las quiero remover en tu Nombre, porque Tu me salvaste de la esclavitud, pero yo me decido a salir de la vida de pecado, opresión y tristeza a la que el temor me ha condenado. Mi Dios, gracias por mostrarme con amor lo que Tú ves en mí, yo quiero obedecerte y ayudar a otros a ser libres por la gracia de Cristo Jesús. Amén.
Serie: LA OBEDIENCIA NOS GUARDA DEL MAL. Revisa el Plan completo en https://instruccionespersonales.com/la-obediencia-nos-guarda-del-mal/
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