Y aconteció que al salir el sol, preparó Dios un recio viento solano, y el sol hirió a Jonás en la cabeza, y se desmayaba, y deseaba la muerte, diciendo: Mejor sería para mí la muerte que la vida.
Jonás 4:8
Dios encontró a Jonás y se valió de un gran pez para traerlo de vuelta a cumplir su propósito, sin embargo, Jonás seguía con recelos en su corazón esperando que Dios trajera juicio y condenara a Nínive.
Era tanta su desesperación y celo que cualquier cosa a su alrededor servía de ocasión para mostrar su enojo al grado de que deseaba la muerte.
¿Has experimentado sentimientos así de extremos a causa de la maldad de otros? ¿Te escandaliza el perdón que Dios les ofrece si se arrepienten?
Oración: Señor, ayúdame a identificar y desechar las cosas que estorban en mi corazón para compartir tu gracia a los demás, no quiero que nada impida que yo ofrezca tu salvación a otros. Amén.
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