Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento.
1 Corintios 3:7
En el proceso de crecimiento todos debemos tomar decisiones y participar de la obediencia, pero reconociendo que aunque nuestra colaboración ayuda, es Dios quien nos hace crecer.
En el proceso de dar fruto podemos caer en el error de atribuir el crecimiento a las personas, o a nuestra propia dedicación pero siempre, siempre Dios será quién y por quién son hechas todas las cosas en nosotros.
Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad. Filipenses 2:13
Dios es el que produce en nosotros el querer y el hacer las cosas, por eso Él es el que nos hace crecer.
Le agradezco a Dios que haya producido en mí ese anhelo de obedecerle, porque hubo un tiempo en que no lo tenía y que hacía lo que bien me parecía y me metí en muchos problemas. Incluso, su buena Voluntad es la que ha hecho que aún en el camino de la fe, pueda seguir creciendo.
¿Puedes reconocer cuándo Dios empezó a producir en ti el querer y el hacer las cosas? ¿Puedes sentir cómo ha crecido tu fe desde que Dios te adoptó como hijo?
Si tu respuesta es sí, oremos juntos.
ORACIÓN: Padre, puedo reconocer a quienes has puesto en mi vida para ayudarme, pero reconozco que Tú eres el que ha producido en todos nosotros el anhelo de permanecer creciendo en ti, te alabo y te bendigo por aceptarme y darme la oportunidad de crecer pegada a Cristo. Amén.
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