Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa.
Hechos 16:32
En esta historia, Palo y Silas están encerrados en el fondo del calabozo de la prisión, con los pies y las manos amarrados en el cepo. Están inmovilizados. ¿Tú te has sentido prisionero e inmovilizado? Tal vez estés en medio de una situación injusta, o estés ya cansado del dolor, las carencias y la vergüenza, pero déjame decirte lo que hicieron estos dos hombres: a pesar de todas las razone para afligirse, se dieron cuenta que su mente y su boca no estaban prisioneras y las usarlos para cantar y alabar a Dios.
Mientras no te cierren la boca ¡tú puedes hacer lo mismo! ¿Y sabes porqué es importante? Porque una alabanza a Dios en medio de la adversidad más densa y oscura produce un terremoto espiritual que no solo sacude hasta los cimientos, sino que abre puertas y libera a todos los que viven cautivos.
Con la alabanza a Dios, la prisión donde Pablo y Silas se encontraban se sacudió y el carcelero, el hombre incrédulo y reacio acostumbrado a tratar con criminales, ahora estaba al borde del suicidio, pero antes de tomar la decisión fatal, escuchó una voz de esperanza:
No te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí. Hechos 16:28
La alabanza advirtió al apóstol para que pudiera detener la tragedia, porque Dios no quiere que nadie perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento, aún los carceleros de las prisiones.
Tu alabanza a Dios va a mover tu corazón a detener a alguien de tomar una decisión no solo equivocada sino irreversible.
Pídele a Dios que te muestre quién necesita ser liberado de la prisión en que se encuentra, quién esta con pensamientos de suicidio, quién requiere luz para vivir una vida transformada, y te envíe a hablarles de Jesucristo.
Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? Hechos 16:30
Prepárate para contestar esta pregunta cuando alguien te escuche alabar a Dios en medio de tus prisiones, cuando otros vean que tienes gozo y esperanza aún en la celda más oscura, cuando comprendan que tú fuiste enviado a ese lugar no a sufrir sino a salvar a otros por el conocimiento de Jesucristo.
Cuando le hablaron a ese carcelero, en ese mismo momento, aquel hombre que tenía un corazón endurecido, ahora lavaba sus heridas y se bautizaba, sepultando su vieja vida, muriendo al pecado y viviendo para Cristo, y después de Él, toda su casa creyó y se regocijó también. Ese hombre suicida ahora era un resucitado que vivía como una nueva criatura.
Dios te ha sacado de prisiones mayores, ahora es el tiempo en que tu des esperanza a otros para que ellos también sean libres y vivan de una manera que todos crean que sólo Jesús pudo hacer algo así.
Reto para hoy: Comienza a alabar a Dios y a interceder por libertad para los que están en las cárceles, para los policías y los encargados de los sistemas de justicia, pero sobre todo, por los suicidas, para que Cristo sea la Luz en sus vidas y lo lleven a regocijarse con ellos y sus familias, en sus casas. Si conoces a algún ex presidario o a algún policía, bendícelos en el nombre de Jesús.
Serie: Damos lo que tenemos. Revisa el plan completo en https://instruccionespersonales.com/damos-lo-que-tenemos/
Comentarios recientes