Dijo entonces Eliseo: Oíd palabra de Jehová: Así dijo Jehová: Mañana a estas horas valdrá el seah de flor de harina un siclo, y dos seahs de cebada un siclo, a la puerta de Samaria.
2 Reyes 7:1
En el capítulo anterior a esta porción, el pueblo estaba en medio de una crisis, había guerra, hambruna y decadencia. El costo de una cabeza de burro y del estiércol de paloma como alimento tan altos que las mujeres se ponían de acuerdo para comer a sus propios hijos y alimentar a sus familias. ¿Tremendo verdad? Sin embargo, en los momentos de estamos rodeados por enemigos, que nos quedamos sin opciones y que nos conmueve las entrañas, Dios sale a nuestro encuentro y envía Su Palabra a salvarnos de la ruina: mañana a estas horas… verás la mano de Dios sobre tu vida.
Y si tu lees 2 de Reyes 6 y 7, te darás cuenta cómo Dios obra de formas tan sorprendentes en quien le cree y en quien no le cree. Porque también descubrirás que quien reaccionó con incredulidad murió por causa de ella. Todo va a acontecer conforme a la Palabra de Dios, para maldición y para bendición.
El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. 2 Pedro 3:9
Dios no quiere que te alcance la maldición, de hecho, te amó de tal manera que envió a su Hijo a salvarte: Él te amó primero.
No sé qué te agobia hoy, qué crisis económicas te están ahorcando, qué te está haciendo desfallecer y qué te está conmoviendo hasta las entrañas, pero el Señor tiene una palabra para ti, para que no perezcas, sino que procedas al arrepentimiento y te salves.
ORACIÓN: Señor, no pretendo darte órdenes, sino que te pido que Tú ordenes mi vida de tal forma que cuando envíes tu Palabra me rescates de la ruina y yo pueda ver tu salvación sobre mi vida y mi familia. Amén.
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