Entonces va, y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y entrados, moran allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero. Así también acontecerá a esta mala generación.
Mateo 12:45
Cuando el espíritu inmundo sale del hombre anda desolado y procura regresar a su casa, es decir, a nosotros.
Entonces dice: Volveré a mi casa de donde salí; y cuando llega, la halla desocupada, barrida y adornada. Lucas 12:44
¿Porqué la halla desocupada? ¿Qué sucedió?
Cuando recibimos a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador, le dimos el trono de nuestro corazón para que reinara sobre nosotros, pero hay ocasiones en que nosotros lo quitamos de ese lugar de autoridad y le cedemos el trono a algo o alguien más.
No es que Jesús nos haya abandonado, es que nosotros lo sacamos de nuestras vidas.
He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. Apocalipsis 3:20
En este pasaje normalmente lo aplicamos a los incrédulos para que reciban a Cristo, pero en realidad, el espíritu se lo está diciendo a la iglesia, a la que le conoce y se supone que le sirve: ¡Jesús está a la puerta porque lo dejamos fuera!
Como iglesia hemos hecho tantas cosas por costumbre, porque ya sabemos, pero sin Jesús. La casa esta limpia, barrida y hasta adornada, pero Jesús ya no está ahí.
¿has dejado a Jesús fuera de tus actividades? ¡Cuidado!
Aunque Él está tocando a la puerta, hay uno que anda como león rugiente buscando a quién devorar (1 Pedro 5:8)
Hoy te ruego, ¡vuelve al primero amor! Aviva el fuego de tu corazón con decisiones al incluir a Jesús en todo lo que haces, mira que la condición natural del fuego es apagarse, pero a nosotros se nos ha dado la orden de mantenerlo siempre encendido.
Deja que tu cuerpo, el templo del Espíritu Santo, esté siempre acogedor, prepara el lugar para que Jesús venga a reinar de tal forma que ningún espíritu, un mucho menos un montón de ellos, quien regresar.
Yo oro por ti: Mi Dios, te ruego para que quien está leyendo esto sea capaz de identificar el trono de su corazón y ver si Jesús sigue ahí o si algo o alguien más lo está ocupando, dales premura para devolverte el lugar que te mereces en nuestras vidas: el único y verdadero. Amén.
ORACIÓN: Padre, perdóname por dejar espacio para otros cuando tú eres el Rey de mi corazón, no toques más a la puerta, hoy te abro mi corazón de nuevo y te doy el lugar que te corresponde, entrónate en mí. Amén.
INTERCESIÓN: Por la familia de Maritzza, que el Señor traiga unidad y transformación por el conocimiento de Jesucristo.
Serie: Libertad a los cautivos | Revisa el plan completo en https://instruccionespersonales.com/libertad-a-los-cautivos/
Comentarios recientes