Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones, desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación.

1 Pedro 2:1-2

Ayer hablábamos del desniete ¿recuerdas? De quitar aquellos brotes en el pámpano que no son productivos. Ayer nos enfocábamos en ser y dejar alrededor los brotes productivos, pero es necesario eliminar los que no lo son, porque no se irán solos, debemos quitarlos.

¿Cuáles pueden ser esos brotes? La malicia, el engaño, la hipocresía, las envidias y todas las detracciones (murmuraciones). Necesitamos cortar todos estos brotes entre nosotros para desear tal como bebés la leche materna, la que está diseñada especialmente para nutrirnos y hacernos crecer.

Usted y yo, para poder permanecer, necesitamos seguir creciendo sanos, desechando todo lo que la Palabra de Dios nos pide que desechemos. ¿Recuerda que no son sugerencias sino mandatos? Y esto no es para frustrarnos la vida, sino para que ¡podamos conservarla!

La luz de Cristo cada mañana y antes de cada noche, la lectura de Su palabra diaria y nuestra comunión con Él, puede ayudarnos a identificar esos brotes en nuestra vida que nos impiden crecer sanamente en Cristo, y llenarnos de poder, amor y dominio propio, para desecharlos de una vez por todas.

¿Te gustaría retener lo bueno y desechar lo malo? ¿Te gustaría ayudar a otros a crecer para salvación?

Si tu respuesta es sí, oremos juntos.

ORACIÓN: Padre, gracias por enviar tu Palabra ara enseñarme lo que debo quitar de mi corazón, gracias por la Luz de Cristo que alumbra mi corazón y me dice lo que debo hacer para crecer y permanecer sano en ti, ayúdame a quitar de mí todo lo malo y a ayudar a otros a crecer para salvación. Amén.

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