Esta dijo a su señora: Si rogase mi señor al profeta que está en Samaria, él lo sanaría de su lepra.
2 Reyes 5:3
Esta es la historia de Naamán, el general asirio que tenía lepra, pero también es la historia de una jovencita que había sido secuestrada y llevada como esclava a vivir y servir a sus enemigos.
¿Estás viviendo, conviviendo o trabajando para un enemigo? Háblale de Jesús y sus siervos.
Tal vez ustedes nos dirán: pero es que ustedes no conocen mi situación, pero si la estás pasando peor que esta chica, solo te dejo esto para pensar:
A ella la secuestraron y la vendieron como esclava, no me atrevo a pensar el terror de ver a su familia muerta a causa de la guerra y a ella siendo exhibida en un lugar donde hablaban un idioma diferente, ni tampoco siendo tratada como una cosa y vendida como animal de carga. Ella fue enviada a trabajar como sierva, a levantarse de madrugada y a dormir hasta muy noche, sin descanso, sin comodidades ni horarios, y además, para sus enemigos.
Esta chica que tenía todas las razones y derechos para desear el mal de aquellos que la tenían como esclava y que destruyeron su familia y su vida, lejos de inspirarla a regocijarse por el mal que tenía su señor Naamán, fue movida a misericordia, al decirle a la esposa de él y ama de ella, que había un profeta de Dios al que podían rogar que intercediera para ser libre de esa horrible enfermedad.
Queremos suponer que aún en su desgracia, esta chica pudo ver que eran personas y que al no conocer a Dios, no tenían esperanza, y decidió compartírselas.
¿Tú te atreverías a hacer lo mismo que ella?
Esta jovencita tenía una fe del tamaño que aseguraba que si ellos rogaban a la persona correcta, sanarían.
La persona correcta a quien debemos acudir y rogar para ser definitivamente libres de cualquier cosa es Jesús, pero muchos no le conocen aún; son extranjeros del reino de Dios, pero pueden ser parte de él si tú les hablas y les animas a que le rueguen.
Sí, es necesario rogar, porque eso nos pone en la condición de humildad que reconoce que no podemos por nosotros mismos, y que nada de lo que hemos hecho ha funcionado.
Esta muchacha conocía de Dios y su fe no se había debilitado a pesar de todas sus desgracias. Esta jovencita fue el instrumento que Dios usó para conquistar el corazón de un pueblo y comenzar la fe en la nación Siria, y Dios quiere usarte igual que a esta jovencita, porque fue la fe de esta mujercita vulnerable, vil y menospreciada, la que trastornó a todo un pueblo.
¿Quieres que tu pueblo también sea trastornado por la fe? Comienza a hablar de la libertad que hay en Cristo a los que te dañan, a los que te han herido, a los que te maldicen, a los que bien pudieran considerarse tus enemigos, aún cuando tu estés preso de alguna condición. Deja que tu fe hable más fuerte que cualquiera de tus desgracias.
Reto para hoy: Hoy no te conformes con orar por tus “enemigos”, hoy te invitamos a decirles que si ruegan a Jesús, Él los puede hacer libres de cualquier cosa.
Serie: Damos lo que tenemos. Revisa el plan completo en https://instruccionespersonales.com/damos-lo-que-tenemos/
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