Mientras salían ellos, he aquí, le trajeron un mudo, endemoniado. Y echado fuera el demonio, el mudo habló; y la gente se maravillaba, y decía: Nunca se ha visto cosa semejante en Israel.
Mateo 9:32-33
La maldad opera de muchas maneras, pero la gracia de Dios es multiforme. En esta ocasión le trajeron a Jesús a un mudo, pero no era una condición natural, él estaba endemoniado.
¿Es posible que haya cosas en nuestra vida que de forma sobrenatural nos impiden hablar la Palabra de Dios? ¿Qué no nos dejan hablar palabras de paz o de bendición? ¿Qué por más que lo intentamos es imposible que salga alabanza, fe, gratitud o contentamiento de nuestra boca?
Jesús, el Santo de Dios, sigue teniendo el mismo poder de ayer, hoy y siempre; Él puede echar fuera todo aquello que nos detiene y que podamos hablar de tal manera que otros se maravillen del cambio en nuestra vida.
¿No te gustaría ser reconocido de tal forma que la gente conozca la libertad que hay en Jesús por la forma en la que ahora hablas?
Te imaginas que puedan decir: ¡Nunca se ha visto cosa semejante en esta familia!, ¡en esta colonia!, o ¡en esta nación!
Yo oro por ti: Señor, si hay algo impidiendo que alguno de los que está leyendo hable y glorifique a tu Hijo Jesucristo como Señor y Salvador, sea libre en esta hora por el poder que hay en el nombre de Jesús. Amén.
ORACIÓN: Padre, dame la libertad y las palabras para hablar de ti de tal manera que la gente se maraville de tu Palabra y tus milagros sobre mí. Amén.
INTERCESIÓN: Por la señora Leticia Guadalupe López Oviedo que tiene un coagulo en el cerebro, que el Señor la sane y la levante a servirle.
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