Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.
Juan 15:2
En el proceso de crecimiento de la parra (la vid) el labrador hace un proceso de inspección minucioso y personalizado. De cada pámpano comienzan a crecer otras pequeñas ramitas y estas ramitas, dependiendo de su ubicación proveerán condiciones apropiadas para el crecimiento de las uvas pero si éstas estorban, dañarán el fruto, y también el pámpano, condenándolo a muerte.
Con la luz de la mañana, el labrador debe verificar si esas ramitas en el pámpano le quitan o le guardan la humedad del rocío para que no se seque ni se llene de hongos; y con la luz de la tarde, revisa si estas ramitas la cubren del sol o no, para saber si quemará el fruto o lo cubrirá y lo arropará.
Al proceso de verificar y quitar estas pequeñas ramitas sobre los pámpanos se le llama desniete. El desniete es una práctica tradicional del viñedo, en el que se eliminan los brotes no productivos.
Podemos entender porqué el desniete es necesario, pero hay otra razón por la cual es vital: porque si no se corta a tiempo, será todo el pámpano el que será cortado a causa del fruto podrido que pudrió la rama.
De tal forma que si no somos limpiados por dar un buen fruto, seremos cortados por no darlo.
Con la luz de la mañana y la tarde, con la luz de Cristo al despertar y antes de dormir, debemos inspeccionar si hay algún brote no productivo en nuestra vida y eliminarlo, antes de que seamos eliminados a causa de la corrupción que éste causará en nosotros.
Debemos pedir al Señor discernimiento para ver qué brotes sí son útiles, aquellas personas a quienes Dios ha puesto estratégicamente en nuestra vida para cuidar nuestro crecimiento espiritual, pero también para ser nosotros un brote productivo para los frutos de los demás, que edifiquemos y no consumamos los frutos de nuestros hermanos.
¿Te gustaría tener a tu alrededor una familia de fe que brota para ayudarte a dar un buen fruto? ¿Quisieras ser tú un brote productivo en la familia de la fe para ayudar a otros a dar mucho fruto?
Si tu respuesta es sí, oremos juntos.
ORACIÓN: Padre, yo quiero dar mucho fruto para ti, pero también quiero permanecer ayudando a otros y siendo un brote productivo en la vid verdadera que es Cristo. Ayúdame a crecer estratégicamente para ayudar a otros y que juntos demos mucho fruto. Amén.
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