Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.
Juan 15:1
Usted y yo somos los pámpanos, es decir, las ramas de la Vid que es Cristo, y el Padre es el labrador. Si nosotros damos fruto, este fruto debe reflejar la planta, es decir, que nuestros frutos deben reflejar a Jesús.
Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. Mateo 7:17
¿Conoces cómo es la parra que da uvas? Es una planta pequeña y de un tallo aparentemente torcido y reseco. Si lo comparamos a Jesús podemos ver lo que decía el profeta Isaías: Creció como un retoño delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay apariencia en él, ni hermosura como para que le miremos, ni atractivo como para que nos deleitemos en él (53:2)
Este pequeño tallo no crece muy alto y necesita de unos postes que el labrador ha puesto para guiarlo, y cada pámpano, debe apoyarse en una serie de alambres que actúan como cerca para que también crezcan apropiadamente.
Usted y yo necesitamos que el labrador ponga esas guían en nuestra vida que nos detienen, nos dirigen y también nos protegen.
La tendencia del pámpano es doblarse y arrastrarse, y si está muy cerca del suelo, puede morir antes de dar fruto, por esta razón estas guías que el labrador ha puesto son una medida de seguridad para nosotros, ya que todos nosotros tenemos a doblarnos y arrastrarnos en la tristeza con casi cualquier peso encima.
Como hijos y discípulos de Dios necesitamos permanecer pegados a la vid verdadera (Jesús), pero también a esas guías que Dios ha puesto a través de la familia de la fe. Debemos confiar que aunque nos parezcan muy rígidos a veces, el Padre las ha puesto ahí para que no nos desviemos peligrosamente.
También debemos recordar, que nosotros somos llamados a ser esas guías para otros también. Tal vez hay otros pámpanos cerca de ti que están arrastrándose por el peso y están en peligro de morir, pero tú puedes ayudarlos, si permaneces en la visión del Señor.
¿Te gustaría que alguien te ayudara a permanecer en Cristo y que puedas dar el fruto esperado? ¿Te gustaría ayudar a otros a ser levantados para que ellos también permanezcan y den fruto?
Si tu respuesta es sí, oremos juntos.
ORACIÓN: Padre, tu eres el labrador, tú sabes lo que es mejor para mí y yo lo acepto y me dejaré guiar por ello. Jesús, tú eres la vid en la que quiero permanecer y no caer a tierra sin dar frutos, ni dejar caer a otros, muéstrame lo que debo hacer para permanecer en ti. Amén.
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