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Y Jesús le reprendió, diciendo: Cállate, y sal de él. Entonces el demonio, derribándole en medio de ellos, salió de él, y no le hizo daño alguno.

Lucas 4:35

Luego de que Jesús salió de la sinagoga fue a la región de Capernaum y ahí les enseñaba una doctrina que les admiraba, porque les enseñaba con autoridad, es decir, no sólo conocía la Escritura sino que también la practicaba.

Descendió Jesús a Capernaum, ciudad de Galilea; y les enseñaba en los días de reposo. Y se admiraban de su doctrina, porque su palabra era con autoridad. Estaba en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu de demonio inmundo, el cual exclamó a gran voz, diciendo: Déjanos; ¿qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Yo te conozco quién eres, el Santo de Dios. Lucas 4:31-34

Ahí mismo en la sinagoga había un endemoniado. Este hombre asistía y estudiaba la Escritura, sin embargo cuando vio a Jesús, lo que estaba dentro de él se manifestó.

Hoy en día puede suceder lo mismo, que aunque asistamos a la iglesia y leamos de forma regular la Palabra de Dios, huestes espirituales tomen el control de nuestras vidas rebelándose ante la presencia de Jesús.

Si alguna vez hemos dudado de quién es Jesús, aquí hay un demonio que lo conoce y reconoce quién es: el Santo de Dios. ¡Jesús es el Santo de Dios!

Usted y yo debemos recordar quién es Jesús, quien está con nosotros, y contra quién es nuestra lucha y opresión: Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Efesios 6:12

Nuestra lucha es contra huestes espirituales de maldad, pero ante Jesucristo, el Santo de Dios, éstas no pueden ocultarse, ni contenerse, ni resistirse.

Si Dios es por nosotros ¡quién contra nosotros!

Y Jesús le reprendió, diciendo: Cállate, y sal de él. Entonces el demonio, derribándole en medio de ellos, salió de él, y no le hizo daño alguno. Lucas 4:35

Si tú tienes temor de vivir como este hombre que asistía a la sinagoga, clama a Jesús el Santo de Dios que calle toda palabra mentirosa y reprenda toda hueste espiritual en ti para que salga, no te haga más daño y comiences a servirlo.

Y algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades: María, que se llamaba Magdalena, de la que habían salido siete demonios. Lucas 8:2

Muchas de las mujeres que servían a Jesús y colaboraban en su ministerio habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades. Hay opresiones de maldad que también operan en forma de enfermedad, de las cuales es necesario que nos sean reveladas para pedir a Jesús que nos haga libres, y una vez hecho, podamos cumplir el llamado de servir a Dios.

Yo oro por ti: Señor, si alguno de los que leen esto tiene alguna enfermedad o maldición generacional, te ruego que lo hagas libre para que pueda servirte con libertad de una forma nueva y diferente. Amén.

ORACIÓN: Señor envía tu Espíritu sobre mí, úngeme con aceite fresco y pudre todo yugo pueda haber visible o invisible en mí. Si hay alguna maldición de algún tipo sobre mí revélala a mi vida y revélame a Jesús, el Santo de Dios, como mi libertador. Amén.

INTERCESIÓN: Oremos por la pequeñita Yenedith Kailani, para que siga recuperándose de leucemia mieloblástica.

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