Dios es “el que sacia de bien tu boca, de modo que te rejuvenezcas como el águila” (Salmo 103:5).
¿Te gustaría sentarte a un banquete lleno de delicias que además son saludables y rejuvenecedoras?
Pues así es la mesa del Señor.
En ella encontrarás cosas buenas, variadas y deliciosas que harán que te sientas más joven y con nuevas fuerzas.
Toma el pan de la Palabra y descubre que es dulce como la miel, bebe el agua viva y siente como brotan ríos dentro de ti que saltan como fuente, hay vino nuevo que alegra el corazón y hermosea el rostro, pero sobre todo, hay amor, Su amor, que es mejor que cualquier vino.
Si miras a Su diestra, verás que parece un jardín de delicias y que ¡son abuntantes!
¿Verdad que es hermoso saber que Dios se preocupa no solamente de suplir nuestras necesidades, sino también de deleitarnos, solo por amor?
Anhelamos que la Palabra de Dios y el tiempo que disfrutas junto a Él te permita sentirte ¡como nuevo! Pero sobre todo, que invites a otros a deleitarse en él y recibir todos sus beneficios.
(Inspirado en el devocional de Christian Misch ¡Eres un Milagro!)
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