Tú eres un hijo de Dios y Él ha ordenado a faraón que te suelte, para que le sirvas, para que le adores y le hagas fiesta.
¿Qué te esclaviza hoy? Háblale claro a faraón y recuérdale: Yo soy hijo de Dios y Él te ha ordenado que me liberes porque voy a servirle y adorarle y hacerle fiesta.
Si tú tienes hijos cautivos por la esclavitud de faraón, recuerda que Dios ha dado la orden de hacerlos libres.
Hijos, ustedes están llenos de propósito en el Señor. Si ustedes no conocen su potencial, faraón sí lo conoce porque ha escuchado a Dios hablar de ustedes y sabe que son muchos y muy poderosos en Cristo.
Padres, no dejen de orar por sus hijos, son hijos hermosos como Moisés, llenos de propósito y poder para la gloria de Dios. Papá. mamá: escóndelos de esta generación perversa que los quiere matar, preserva su vida con fe y minístralos con la Palabra que Dios dice sobre ellos.
Cónyuges, peleen por sus matrimonios, recuérdenle al pecado y a la tentación que en Cristo son más que vencedores, porque Él los invalidó en la cruz y al salir de la tumba.
Abuelos, recuerden a las nuevas generaciones las maravillas y prodigios que Dios ha hecho con ustedes y compártanlas a las nuevas generaciones como herencia.
La desobediencia de Faraón traerá plagas y prodigios para incrementar la fe de los hijos de Dios y del mundo entero, los hijos de Dios saldrán libres, verán el cielo y el mar abierto, y a los enemigos que quieran perseguirlos sepultados detrás, y ¡todos sabrán que Jehová es el Dios!
Y dirás a Faraón: Jehová ha dicho así: Israel es mi hijo, mi primogénito. Ya te he dicho que dejes ir a mi hijo, para que me sirva, mas no has querido dejarlo ir; he aquí yo voy a matar a tu hijo, tu primogénito.
Éxodo 4:22-23
Pero recuerda: sales de Egipto para servir a tu Dios, el único que te sacó con brazo fuerte y con mano extendida, vas a adorarle y hacerle fiesta en la tierra prometida y también en el desierto para llegar a ella.
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