Llegué a la iglesia con el corazón cargado de necesidades, preocupaciones y peticiones.

Entonces encontré cuánto ama Jesús a su iglesia y cómo se preocupa por ella.-

Sí, sí, pero ¿y mis necesidades?, ¡yo te necesito! – pensé.

– Deja de pensar que todo se trata de tí, y piensa un poco en los demás- sentí.

En el devocional diario que leo, el escritor mencionaba que antes de empezar su día él abría primero la Biblia, porque consideraba que lo que Dios tenía qué decirle era más importante que cualquier cosa que él pudiera decir.

¿Te das cuenta de cómo este simple switch en el orden altera el resultado?¿Te imaginas cómo cambiaría el mundo si en lugar de llegar pidiendo ayuda llegaras ofreciéndola?

Yo no quiero llevar tinieblas a donde vaya, yo quiero mostrar la luz de Cristo a todos, por favor ¡háblame!

Entonces regresé al momento inicial, donde venía cargada de necesidades y me empecé a esforzar en pensar en ella, en su Iglesia, lo que Él quiere para sus hijos y para los que están afuera, los que están perdidos, en lo que es buscar efectivamente Su reino y Su justicia, y todo lo demás empezó a llegar por añadidura.

No es que Dios no quiera atenderte, es que quiere que lo pongas a Él primero, y si tú te encargas de lo Suyo, Él se hará cargo de lo tuyo de una manera que tú no te imaginas.

Hoy, Dios me recordó que lo que Él tiene que decir es más importante que cualquier cosa que yo pudiera pensar, no porque yo carezca de importancia, sino porque precisamente para Él soy muy importante y ya ha tomado todo en cuenta para salvarme, a mí y a los míos, si estoy dispuesta a confiar en Él y hacerle caso.

¡Mi Dios es lo máximo y yo quiero servirle!

Hagamos a un lado nuestras tinieblas y ¡llevemos la luz de Su Hijo a todas partes!

#YoPublicaréSuGrandeza