Tal vez piensas que no necesitas leer este mensaje, porque tú crees en Dios; pero quiero hacerte una pregunta directa: ¿lo amas?

Porque amar a Jesús, no es sentir solo una sensación agradable sobre Él, o agradecimiento porque murió por ti.

Amarlo es estar dispuesto a dejar todo pecado atrás y obedecerlo de ahora en adelante, a través de Su palabra y la guía de su Espíritu Santo.

Si tú has ignorado su voz y sus mandamientos en algún momento, has pecado y eso te impide tener una conexión con Dios, porque el pecado siempre nos aparta de Él, y separados de Él ¡nada podemos hacer!

Por eso, aunque creemos en Dios a nuestra manera, necesitamos reconciliarnos con Él y ahí entra su Hijo Jesús; Él pagó el precio de tu muerte con la suya, su sangre fue el pago, y cuando, no solamente crees, sino que confiesas que Él es tu Señor y Salvador, Jesucristo oficialmente se hace cargo de tu vida y toma el control (si es que tú no se lo quitas en el camino).

¿Te ha pasado que tomaste el control de tus decisiones y automáticamente le dijiste a Dios hazte a un lado? ¿Darte cuenta de esto te ha dado miedo o sentiste vergüenza por haber pecado en el intento? Tienes esperanza. Eso quiere decir que el Espíritu Santo mora en ti.

Pero si tú quieres tener un espíritu de poder, amor y dominio propio para vencer estas tentaciones, no necesitas un pequeño soplo, necesitas estar lleno del Espíritu de Dios.

Si en tu vida hay temor, desorden, vergüenza, conflictos, gritos, peleas, ira, envidia, celos, orgullo, y muchas cosas más… estás alejado de Dios y necesitas reconciliarte con Él.

Si de tu boca sale maldición y no bendición… estás alejado de Dios y necesitas reconciliarte con Él.

Si dices que crees en Dios pero no lo obedeces… estás alejado de Dios y necesitas reconciliarte con Él.

Si quieres entregarle tu vida a Dios pero crees que no te lo mereces o que no vas a poder hacerlo…. ¡es tiempo de reconciliarte con Él para que veas que no eres tú, es Él el que puede y quiere hacerlo por ti!

Si tú quieres dar este paso de fe y reconciliarte con Él ¿qué debes hacer?

Paso 1: Ser humilde, reconocer tus pecados, pedirle perdón y arrepentirte (cambiar tu forma de vivir)

Paso 2: Pasar de los pensamientos y creencias a las palabras, y finalmente a las acciones. Dile al Señor a viva voz que crees en Jesús, en el sacrificio que hizo por ti en la cruz y que Quieres que transforme tu vida, que te guíe, que sea tu Señor y Salvador.

Paso 3: Refresca tu fe leyendo la Biblia, congregándote en una iglesia y poniendo en práctica todo lo que aprendes. Pasa un tiempo hablando con Dios todos los días sobre tus necesidades, sueños y pregúntale Sus estrategias para tu vida. Deja que Su Espíritu te llene de ese poder que necesitas para vencer la tentación de pecar cada día.

Paso 4: Comparte los cambios que Jesús ha hecho en tu vida con otros y enséñales la libertad que hay en obedecerle.

Si tú has hecho estos pasos, escribe Amén y yo oraré por ti, de la misma forma que Jesús lo hizo para que recibas la promesa de poder del Espíritu Santo y veas una vida de victoria en Cristo Jesús.