Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire.
1 Corintios 9:26
Tú no puedes correr sin dirección, necesitas una visión.
De nada sirve que vayas con prisa y diligencia si no sabes hacia donde, sólo te cansarás sin llegar jamás a un destino.
Una flecha necesita ser direccionada hacia el blanco, y tú debes serlo también.
Antes de que corras, debes pedirle a Dios que te de una palabra para ir hacia ella, de otra forma, seguirás haciéndolo conforme a tu propia prudencia, y eso no es sabio, por las razones que te comentamos antes. Tú necesitas que Dios te de una visión, que te guíe con una palabra y que ésta sea confirmada, para que vayas seguro.
¿Recuerdas que hace unos días tomamos la decisión de ya no hacer las cosas como antes? Eso incluye el caminar no solo por fe, sino también en visión.
Sin profecía el pueblo se desenfrena; Mas el que guarda la ley es bienaventurado.
Proverbios 29:18
La profecía es la palabra que Dios te da para que te apresures a cumplirla. Si, por ejemplo, el Señor te ha llamado a ser un gran abogado, tú debes ir a inscribirte a la escuela de leyes, porque serás un gran abogado entre más pronto empieces a trabajar en ello. Si tu decides esperar a convertirte en un gran abogado sin prepararte, el cumplimiento de la promesa tardará. De igual forma, si tu decides emprender un sueño, sin que éste esté en la voluntad de Dios, éste complicará y retrasará el cumplimiento de tu propósito.
¿Recuerdas que es necesario identificar qué parte del cuerpo de Cristo eres a través de los dones, ministerios y operaciones de su Espíritu? Una visión del propósito de Dios para ti te permitirá ejércelos con fe y resistir en las pruebas. Las disciplinas de ayunar, sujetarte a la palabra de Dios y obedecer a tus líderes serán como señales de seguridad que te advertirán lo que está por venir, no para que te asustes, sino para que seas precavido, estés atento al camino que llevas y puedas llegar al destino.
Pide hoy al Señor una visión que sea un ancla firme para que no te salgas de Su propósito para ti.
Padre, ya no quiero dar golpes al aire y correr sin rumbo, hoy te pido que me guíes, que me envíes un visión de qué, cómo, cuándo, cómo, dónde y con quién quieres que lleve a cabo tu perfecta voluntad en mí para servirte a ti. Amén.
Serie: Corre con un propósito la vida cristiana.
Revisa el plan completo en: https://instruccionespersonales.com/corre-con-proposito
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