Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel; porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma.
Génesis 32:30
¡Tu alma ha sido librada!
¡Tuviste un encuentro con el Señor y Él te ha bendecido!
Cuando servimos a Dios podemos ver su rostro a pesar de las pruebas y dificultades.
Y más que sus manos, que son las que satisfacen nuestras peticiones y necesidades, son sus ojos de amor que nos miran con aprobación los que nos hacen vivir confiados.
Establece tu Peniel, ese lugar donde tú te acercas a buscar el rostro de Dios y ver su aprobación antes de tomar una decisión o acción.
Asegúrate de que antes de seguir caminando, Él pueda estar satisfecho de decir de ti como lo dijo de Jesús: este es mi hijo amado en quien tengo complacencia.
¡Contempla el rostro de Dios antes de seguir!
Serie: Legítimo.
Comentarios recientes