Le da ella bien y no mal todos los días de su vida.
Prov. 31:12
Generosa en hacer el bien siempre.
Tus palabras y acciones tienen el poder de traer a la vida de tu esposo alegría o consternación. Recuerda que estás cuidando el corazón de tu marido y para ello debes darle respeto y confianza. A ellos les encanta salvar a la dama en apuros, pero para que eso suceda debes comportarte como una.
Antes de levantarte de tu cama, declara y sé una bendición para tu esposo, entrégale tu confianza y tus buenas obras, generosa y constantemente, todos los días, conviértete en su ayuda en todo sentido.
Recuerda que el espíritu de Dios está en él, se paciente y confía. Dios no falla.
Reconoce que tu propia humanidad es limitada, pero también que el Espíritu que Dios ha puesto en ti para hacer todo como para el Señor es ilimitado: esfuérzate y se valiente.
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