Este post no es para hombres; sino para que las mujeres entendamos que nuestro no debe ser no, y nuestro sí debe ser sí.
¿Porqué? Porque muchas veces nos saboteamos a nosotras mismas.
Por ejemplo, cuando estás molesta y te preguntan que si estás enojada, ¿qué respondes?
Si respondes que «no», tú no debes esperar que «piensen» que es «sí», porque eso nos hace muy difíciles de interpretar, y deja mucho espacio para que en futuras ocasiones, las personas no confíen en nuestras respuestas.
Cuando nos hagan una pregunta confrontadora, nuestra respuesta debe ser fiel y verdadera.
¡Se vale decir la verdad! ¡Se vale poner límites!Incluso ¡se vale querer que nos sorprendan y adivinen! Pero también se vale ser consciente que muchos no lo lograrán ni aunque lo intenten.
La comunicación humana es muy importante ¡usémosla para crecer en el conocimiento propio y de los demás!
Ojo: la Verdad siempre va acompañada de gracia, así como Jesús la compartía; de otra forma es un corrosivo altamente tóxico que daña muchísimo.
Si estás incómoda, ¡dilo! Si estás molesta ¡dilo!, si no quieres algo ¡di no!; si sí lo quieres ¡di sí! Pero también extiende una forma de conciliar tu situación con los demás: di la Verdad con gracia.
Si quieres decir “sí”, solamente di “sí”, y si quieres decir “no”, solamente di “no”. Todo lo que se diga de más, viene del Maligno.
Mateo 5:37 PDT
Así como la vida está llena de problemas, Dios también la ha llenado de soluciones. ¡Búscalo!
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