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El impío toma prestado, y no paga; mas el justo tiene misericordia, y da.

Salmos 37:21

Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra. No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley.

Romanos 13:7-8

El rico se enseñorea de los pobres, y el que toma prestado es siervo del que presta.

Proverbios 22:7

Hay un consejo que recibimos de unos amigos hace mucho tiempo: cuando presentes dinero, revisa qué tiene más valor para ti, el dinero o la persona que te lo pide, porque es probable que tengas que escoger entre uno de los dos.

¿No te parece triste? La palabra de Dios nos exhorta a pagar nuestras deudas, como una forma de mostrar que somos diferentes al resto de las personas. El siervo de Cristo debe ser fiel en sus compromisos.

¿Recuerdas que al ser fiador te representaba una atadura? Pues al pedir prestado también, el compromiso de pago te ata a la persona que te lo prestó.

Si puedes evitar pedir prestado, evítalo con todas tus fuerzas. Si te piden prestado, evalúa el verdadero valor del dinero y de la persona que te lo pide, y si está en tus posibilidades, has lo que dice el versículo inicial: echa mano de la misericordia y dáselo.

Tal vez esto te parezca drástico, pero nosotros hemos vivido esto, personas que han sido generosas con nosotros en nuestros momentos de necesidad y nos han dado de gracia lo que de gracia han recibido, y esto nos ha motivado a dar nosotros también.

Sabemos que a Dios nunca le vamos a ganar a la hora de dar, pero debemos intentarlo con el prójimo que está en necesidad.

Mira lo que dice Proverbios 19:17 A Jehová presta el que da al pobre, y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar.

Si debes, paga, y si te piden, da con alegría, Dios ama al dador alegre, y además Él paga y ¡paga muy bien!

Hace unos años, nuestra iglesia pasó por una crisis económica y hubo la necesidad de hacer un llamado a la comunidad para solventar los gastos, muchas personas hicieron promesas de apoyo ¡y las cumplieron! Y al cabo de 2 meses, la situación financiera, renta del local y pago de servicios se regularizó. Desde entonces, cada uno de los miembros de la iglesia, conforme a su corazón, ha decidido honrar a Dios con todo su corazón y también con el diezmo del fruto de su trabajo y hemos visto la mano de Dios en todo, al punto de recibir recibos de luz en ceros y misericordia de los arrendatarios para pagar la mitad de la renta.

Con la fidelidad a Dios de cada uno, el Señor ha bendecido su iglesia, y a todos los que la integran.

Pide hoy al Señor, enséñame a ser fiel y a no deberle nada a nadie, a pagar mis deudas de tributo, de impuestos, de respeto y de honra a Ti y a mi prójimo. Yo quiero darte a Ti lo que es tuyo, y al César, lo que es del César.

Serie: Consejos sabios
Revisa aquí el plan completo: https://instruccionespersonales.com/consejos-sabios/


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