Pero el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan.
Lucas 1.13
¿Recuerdas que había una multitud mientras Zacarías hacía lo que Dios le mandó? ¿Eres consciente de la multitud que ora contigo? ¡No estás solo!, Dios ha dispuesto a muchos que también se unan a obedecerle y no a ver sólo por sus propios intereses, que han hecho a un lado los anhelos de su corazón y han tomado la carga de los demás para ver la gloria de Dios en toda una nación, no sólo en ellos mismos.
Estamos llamados a unirnos a esas multitudes que claman en la tierra, pero que también lo hacen junto con los ángeles en el cielo por amor al Señor, pero también por obediencia.
Tal vez haya oraciones que tú ya has dejado de pronunciar, o que incluso hayas olvidado, pero Dios las ha guardado todas, junto con tus lágrimas, en su redoma.
Además de los que vivimos en la tierra hay dos personas que oran por nosotros en el cielo:
Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.
1 Timoteo 2:5-6
Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.
1 Juan 2:1
Jesucristo se lo dijo a Pedro: Satanás te ha pedido para zarandearlos pero yo he rogado por ti… (Lucas 22:32)
De día y de noche Satanás está buscando hacer caer a la iglesia, a todos aquellos que Dios ha escogido para compartir el evangelio: tú y yo, pero Jesucristo ha rogado por nosotros y lo sigue haciendo día y noche, intercediendo y recordándole a Dios que él pagó tu deuda y la mía.
Jesús no se cansa de orar, y nosotros tampoco debemos hacerlo hasta que veamos el fin de todas las cosas, hasta que el Señor envíe a alguien a decirnos que nuestra oración ha sido escuchada y veamos el cumplimiento de Su Palabra en nuestra vida.
Y es que la otra persona que está intercediendo por nosotros es el Espíritu Santo.
Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.
Romanos 8:26
Sí, nuestro amado Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, son Uno para interceder por nosotros, aunque no siempre sepamos ni qué ni cómo pedir, Él nos ayuda como conviene, no como queremos sino como necesitamos.
Jesús necesitaba orar, nosotros necesitamos que Jesús ore por nosotros y también nosotros necesitamos orar por los demás y que los demás oren por nosotros.
Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios.
Hebreos 13:16
La oración nos ayuda y nos fortalece unos a otros. ¿No te gustaría ver los milagros que Dios hace en medio tuyo? ¿No te emociona saber que un día oraste por un amigo, familiar o incluso un desconocido, y que tu oración fue oída y ahora su vida ha cambiado?
Hay una razón muy valiosa para unirnos en oración:
Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos. Mateo 18:20
¡Porque ahí está Jesucristo en medio nuestro!
OREMOS POR: Señor gracias por interceder por mí, yo quiero interceder hoy por otras personas y no centrarme únicamente en mi necesidad. Confío en que si busco primero tu reino y tu justicia, todo lo demás vendrá por añadidura y muchos podremos ver tu poder en acción. Amén.
INTERCEDAMOS POR: Martha González, que el Señor siga haciendo milagros en su vida y provea sanidad en todo su cuerpo, que la obra de Jesucristo sea perfeccionada en ella y traiga salvación a toda su familia.
Santiago 5:14-15 ¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados.
Serie: Como un solo cuerpo. https://instruccionespersonales.com/como-un-solo-cuerpo
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