En nuestra casa tuvimos el estudio familiar titulado CONTENTAMIENTO VS CODICIA
Y me saltaban a la vista estas cosas:
La codicia es un deseo desenfrenado por tener bienes y riquezas y el contentamiento es lo opuesto, es la plenitud, la alegría y paz en todo y que sólo podemos recibir a través de Cristo.
El estudio trataba de cómo lidiar con eso en nuestra vida, cómo nos comparamos con otros y ponemos nuestra felicidad en cosas, pero esa felicidad es efímera (es volátil), no es permanente y lo que sucede al interior de nosotros, cómo comienza adentro.
Pero quiero que veamos qué sucede afuera y que es igual o más peligroso, a través de Génesis 4:7 -respecto a lo que se levantó en el corazón de Caín a raíz de una comparación-: Si haces bien, ¿no serás aceptado? Pero si no haces bien, el pecado yace a la puerta y te codicia, pero tú debes dominarlo.” (NBLH)
Por eso dice la Palabra que el diablo anda como león rugiente… el pecado es una fiera que busca desenfrenadamente robarnos, matarnos y destruirnos, el pecado está al acecho
El Espíritu nos anhela celosamente….. pero el pecado nos codicia porque somos los bienes del Señor, somos los hijos, somos la herencia y a ese desenfreno, nosotros debemos ponerle un alto.
El Espíritu nos va a arrebatar mediante una elección, y el pecado también.
¿Qué estamos eligiendo?
Nos estamos distrayendo con la insatisfacción que genera la comparación, creyendo que merecemos algo que el Señor le ha permitido a otros, le ha dado a los demás y a nosotros no, y nos enojamos por eso. No hermanos, eso es como quitarle el freno al pecado y dejándolo entrar a nuestro corazón.
Volvamos a lo que le dice el Señor a Caín: ¡TÚ DEBES DOMINARLO!
Salomón dijo en Eclesiastés 2:10 (NVI) No les negué a mis ojos ningún deseo, ni privé a mi corazón de placer alguno. Mi corazón disfrutó de todos mis afanes. ¡Solo eso saqué de tanto afanarme!
Sólo eso saqué… dijo Salomón que llevó a un desenfreno su vida, ¡esa fue la ÚNICA ganancia!
Pongámosle freno al mundo que nos pone nuevas atracciones que en realidad son DISTRACCIONES:
Busquemos la plenitud en Cristo.
Comentarios recientes