Después de separarse de algo que amaba pero que le hacía daño, el Señor le habló a Abram y le dijo: Mira desde el lugar donde estás, hacia el norte y el sur, hacia el oriente y el occidente, porque TODA LA TIERRA QUE VES, la daré a ti y a tu descendencia PARA SIEMPRE. Y entonces LE ORDENÓ, levántate y ve por la tierra…..
Abraham se la pasó haciendo altares por donde iba – entregando y adorando al Señor- y lo mismo debemos hacer nosotros.
¡Fiel es el que prometió y ordenó!
Él nos ha ordenado ir por toda la tierra levantando en el suelo las marcas visibles del altar de la adoración y el olor del conocimiento de Cristo para que otros puedan adorar también.
¡Vamos!
El Señor te ha entregado la tierra.
¡Recórrela, órale y adórale ya!
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