Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento. Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo.

Joel 2:12-13

¿Sabes qué es arrepentirse? Arrepentirse no es sentirte mal o llorar, sino ir un paso más allá y estar tan conmovido que no quieres volver a hacer lo mismo de nuevo y decides hacer las cosas diferente de ahora en adelante. Arrepentirse no es llorar, es cambiar.

Ahora que hemos reconocido nuestras deudas y que hemos decidido saldarlas en el nombre del Señor, es nuestra oportunidad dar ese paso adicional y huir de hacer lo mismo de nuevo.

El pueblo de Israel era un pueblo muy emocional y expresivo, ellos se vestían de cilicio y se echaban ceniza en su cabeza como señal de duelo, cuando alguien cometía una falta escandalosa ellos se rasgaban sus vestiduras en señal de desgarramiento, los profetas muchas veces tenían que armar toda una puesta en escena para que el pueblo entendiera lo que estaba por suceder, y el Señor que nos conoce perfectamente porque somos sus hijos, sabe cuando nosotros también estamos haciendo todo un teatro o necesitamos un teatro para expresar nuestro sentir, pero Dios no quiere una puesta en escena, el quiere que lo que estamos diciendo y haciendo sea real.

Por eso le dice a su pueblo, a nosotros: no se desgarren la ropa en señal de dolor, ¡desgarren su corazón!

¿Porqué el corazón? Porque es necesario que a un corazón que se ha endurecido por la frialdad, por el pecado y la maldad, le sea quitada esa callosidad que le impide latir de nuevo con fuerza y vigor.

Desgarren su corazón de esa capa que lo endurece y no lo deja latir de amor, quítense eso que los oprime para que sean libres y vuelvan a vivir plenamente.

A Dios, como a los que somos padres, nos duele que los hijos tengan que recibir la corrección, pero sabemos que es necesaria para enderezar el rumbo.

Hoy el Señor nos llama a desgarrar nuestro viejo corazón y a vivir con uno nuevo, no haciendo las mismas cosas, sino dando una vuelta en U, yendo en el sentido contrario de la maldición a la bendición.

Para poder ser restituidos completamente, el Señor no solo tiene que ver que nuestra consciencia ha sido sacudida ni que hayamos pedido perdón o que devolvamos lo que hemos hurtado, sino también que comencemos a vivir diferente, con un corazón sensible a su voz.

¿Sientes tu corazón que quiere latir de amor como al principio?

RETO: Pídele a Dios que conmueva tu vida de tal manera que puedas comenzar a vivir diferente.

ORACIÓN: Señor, quiero rasgar mi corazón de amor por ti y por mi prójimo. Enséñame a darme así como Tú y a vivir diferente. Amén.

INTERCESIÓN: Por Juan Felipe, por restauración.

Serie: Restitución. Plan completo en: https://instruccionespersonales.com/restitucion/