Ganados sin palabra, dice el versículo….

Dice un anuncio en la guardería de nuestros hijos: Puede que tu hijo no escuche lo que dices, pero sí ve lo que haces.

Lo mismo sucede con tu familia, tus compañeros de escuela o de trabajo, ellos te miran.

Tenemos que procurar que nuestras acciones hablen por sí mismas, y si vamos a utilizar palabras, asegurarnos que nuestras acciones nos respalden.

Las personas consideraban que Jesús hablaba con autoridad porque sus hechos lo precedían: era generoso para dar y perdonar a los que se acercaban a Él en necesidad, amoroso en gran manera, pacificador y cuando era necesario, confrontaba con rigor el pecado, alentaba al arrepentimiento al pecador, lo recibía sin acusación y lo perdonaba desechando sus errores con amor.

Jesús es el Verbo encarnado, ejemplo perfecto de La Palabra en acción. Mira su ejemplo y trata de imitarlo, todos deberíamos aspirar ser como Él.

Si hemos invitado a Jesús a gobernar nuestro corazón, dejemos que cada día sea Él quien actúe en cada situación a la que nos enfrentemos, para que la gente lo vea a Él obrando en nuestras vidas y crea que en verdad existe, y vive, ¡y reina!

Si no lo has hecho, tomate un momento para hacerlo, pídele que perdone tus pecados y que entre en tu vida, y así como murió y resucitó, así haga morir en ti el pecado y te resucite a una vida completamente nueva. Que sea tu Señor y tu Salvador. Dale gracias porque si crees que Él es Dios, Él lo ha hecho ya y puedes empezar a servirle con la confianza de que esta transformación está sucediendo ahora mismo y pronto todos lograrán verlo en ti también, y recibirás poder del Espíritu Santo para ser testigo de milagros y maravillas.

Misión: Hacer que mis acciones de obediencia a Dios hablen mejor que mis palabras.

Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas.

1 Pedro 3:1

(Si tu invitaste hoy al Señor a gobernar tu vida, avísame porque quiero orar por ti y ser testigo de las cosas tremendas que Dios empezará a hacer contigo)