Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos,  sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios.

1 Pedro 3:3-4

Enseñanza de Dalila: https://instruccionespersonales.com/dalila

Instrucciones personales: Vestirme con la belleza del Espíritu.